VIVIENDO SIN TEMOR

El temor es una de las emociones mas fuertes y antiguas en el hombre este sentimiento es una de las causas por las cuales hacemos o dejamos de hacer cosas.

Génesis 3: 9 mas Jehová Dios llamo al hombre, y le dijo: Dónde estas tu?
10 y el respondió: oí tu voz en el huerto, y tuve miedo….
No hubo miedo antes de que Lucifer, la serpiente se saliera con la suya
—Por temor Sara mintió cuando se le increpo de haberse reído de la noticia de que tendría un hijo.
—Por temor a a la gente de Zoor, Lot vivió un tiempo escondidos en cuevas en el monte, junto sus dos hijas.
—Por temor Isaac dijo que su esposa era su hermana.
—Jacob tuvo miedo de que su suegro le quitase a sus esposas y por eso huyo de su lado a escondidas.

El pecado siempre esta basado en el miedo; el miedo es el aire que el diablo respira, es su mejor estrategia contra uno y puede estar disfrazado de diferentes formas.
—religión
—ritos
—formas de adoración
—sentimientos.

Hombres tan valientes como David también sintieron miedo.
2 Samuel 19: 9 y todo el pueblo disputaba en todas las tribus de Israel, diciendo: el rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y nos ha salvado de la mano de los filisteos; y ahora ha huido del país por miedo de Absalon.

—se trataba de su hijo, a veces pensamos que eso lo justifica.

El andar de un creyente esta por encima del temor y comienza en el momento mismo de reconocer que tienes miedo, que se ha sucumbido al ataque y que no te esforzarás a
acomodarte con tus viejos trucos, sino con lo que Dios te enseña a combatirlo.

Salmos 62: 8 esperad en el en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de el vuestro corazón, Dios es nuestro refugio.
Así es como básicamente se combate el temor confiando en Dios, descansando en el, dejando que el sea nuestra suficiencia.

Salmos 56: 3 en el día que temo, yo en ti confió
Es detenerse y pensar, por que tengo miedo.


Job 3: 25 porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.
26 no he tenido paz, no me asegurado, ni estuve reposado; no obstante me vino turbación.
No he tenido paz, no me asegure, ni entube reposado.

Sin duda alguna, no es la voluntad de Dios que sucumbamos bajo el temor, obligados a hacer o dejar de hacer cosas por su causa.